El sonido y el silencio en Educación Infantil
Vivimos en
un mundo en el que el sonido o su ausencia tienen una enorme
importancia. Los sonidos nos envuelven, nos rodean, forman parte de
nuestra realidad. Encontramos sonidos significativos en la casa, el
colegio, la calle, el campo… Estos sonidos definen situaciones,
contextos, épocas, provocan tensión, relajación…
Los niños
se acercan a los distintos sonidos de su realidad ,
los perciben, experimentan con ellos, observan cómo existen
características comunes y diferenciales entre los mismos… Desde
pequeños van buscando con la mirada el sonido percibido, rechazan
los sonidos estridentes o ruidosos, juegan a reproducir lo que han
oído, reconocen pequeñas melodías y canciones, clasifican y
ordenan sonidos ejercitando con ello la memoria auditiva…
Además descubren en la infancia que no solo son receptores del sonido sino que además son portadores de él y que ellos mismos pueden realizar diferentes sonidos.
El silencio
forma parte de la educación de los sentidos. Podríamos definirlos como la ausencia total de
sonido, aunque debemos saber que el silencio absoluto nunca llega a
producirse, debido a que constantemente estamos rodeados de algún
tipo de sonido.
Éste ocupa
un lugar privilegiado en la educación musical ya que proporciona
vivencias, emociones, sentimientos, nos sirve como medio de
expresión, nos permite concentrarnos en mejor en algunos sonidos.
En la
educación musical podemos abordar el silencio desde una doble
vertiente: llevando a cabo una interrupción más o menos prolongada
del sonido, el canto o el instrumento y utilizando dicho silencio con
algún significado expresivo.
Existen
muchos juegos para experimentar con el sonido y el silencio, por
ejemplo:
- Bailar al ritmo de diferentes tipos de música y al parar convertirse en estatuas (inmóviles y en silencio).
- Estar en silencio y hablar cada vez un poco más alto, luego ir bajando el tono de la voz para llegar otra vez al silencio.
- Reconocer sonidos producidos por objetos cotidianos (ruido de una puerta, el que se produce al ser arrastrada una silla), por elementos ambientales, por distintas partes del cuerpo…
- Llenar una cesta con varios juguetes cuyo sonido pueda grabarse (por ejemplo: el llanto de una muñeca, el ruido de un tren, el botar de una pelota) a medida que se oye el sonido de la grabación el niño buscará y colocará ordenadamente el juguete correspondiente.
- Identificar sonidos del entorno cercano y familiar, sonidos de instrumentos y reproducirlos.
- Cantar canciones o recitar poesías donde una frase se diga en voz alta y otra en voz bajita…
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